Tabacos del sur

Recuerdo como a mis cinco años jugaba con otros niños en la plantación de tabaco mientras mi padre recorría los verdes campos, en aquellos cálidos y húmedos días caribeños. Aún puedo sentir aquella sensación inigualable, esperando el descanso de mi padre para que encendiendo un Tabaco hecho por él me contara bajo la sombra de un árbol las historias de mi abuelo…

Me contaba que teniendo él tres años, mi abuelo había migrado de España a Cuba en un sufrido viaje, con sueños y esperanzas de un mundo nuevo. Allí mi abuelo comenzó a trabajar la tierra y a plantar tabaco para comenzar luego de algunos años a producir habanos.

Los años pasaron y fuimos perfeccionando nuestra técnica, para entonces, yo ya era un joven que trabajaba a la par de mi padre en la producción de aquellos habanos, embebido en aquella característica fragancia y fascinado con las ágiles y expertas manos que con mucha dedicación armaban puro por puro.

Luego de un tiempo vinimos con esa experiencia y esa mística a Uruguay, un país bendito por Dios en su clima, sus buenas tierras y agua, que lo hacen el indicado para la proyección de lo que fue el sueño de mi abuelo.

Así fue como se crearon Casa Gillardo y Tabacos del Sur.

Nuestras empresas hace mas de 100 años que se dedican a la plantación y manufacturación artesanal de tabaco, es por eso que nos atrevemos a opinar del tema. Somos la cuarta generación que mantiene un único secreto. Dedicarle tiempo y cariño a lo que nos gusta hacer.